Desde que nacemos somos diferentes, únicos, disruptivos, rebeldes, entre otros. Si bien es cierto que compartimos un sin número de comportamientos, también lo es que a lo largo de la vida vamos perdiendo ese factor diferencial que nos hace ser auténticos. Pensemos por un momento, ¿cuántas veces hemos renunciado a algo que hemos querido solo por encajar de una mejor manera o por miedo a que nos juzguen por intentar algo distinto?

La vida y la sociedad nos envía un mensaje contradictorio cuando nos hablan sobre la importancia de diferenciarse. Al montar una idea debe ser única, pero debe seguir unos lineamientos porque no se puede salir de lo que ya existe. Cuando alguien decide hacerle caso a su locura, es tildado de extraño y hasta ingenuo en algunos casos. Pareciera que valiera más hacer parte del efecto rebaño. Y es acá, donde entran a jugar un papel importante los líderes de los equipos de trabajo que sean capaces de fomentar esa autenticidad y rebeldía dirigida para poder fomentar nuevas grandes ideas.

Las organizaciones deben incentivar el pensamiento innovador de sus colaboradores sin que pierdan el foco en la función y objetivos de su posición, solo así se fomentará una rebeldía-constructiva. Fácil no es.

Para ello, como siempre se ha hecho evidente en esta columna, la mejor manera de incentivar este tipo de cambios es a través del ejemplo. Desde nuestro perfil de líderes de equipo y gerentes de las compañías, tenemos la responsabilidad de incentivar este tipo de comportamientos para sacar a todos los miembros de nuestro equipo de su zona de confort. No importa qué tan operativa pueda llegar a ser una tarea, siempre existirá una mejor manera de realizarlo y quién mejor para hacer propuestas al respecto que aquellos que realizan el día a día.

“Esto es para los locos, los inadaptados, los rebeldes, los problemáticos. Los que van en contra de la corriente. Los que ven las cosas de diferente manera. Ellos no siguen las reglas y no tienen respeto por lo establecido. Puedes citarlos, estar en desacuerdo, glorificarlos o satanizarlos, pero lo único que no puedes hacer es ignorarlos. Porque ellos cambian las cosas e impulsan a la humanidad hacia adelante. Y mientras que otros los ven como “locos”, nosotros los vemos como genios. Porque la gente que está tan loca como para pensar que puede cambiar el mundo, es quien lo logra”. Esta popular frase de Apple es un claro ejemplo de la importancia de ser disruptivo y ser leales a la autenticidad de sus ideas.

Fomentar la creatividad, estimular la rebeldía sin llegar a convertir la organización en una anarquía, puede traducirse en procesos de innovación y creación interesantes que van en miras de fortalecer el core del negocio.

La innovación, tiene mucho de inconformismo y rebeldía, y la rebeldía implica romper la forma de hacer las cosas, las realidades que conocemos, las jerarquías y su conocimiento. El cambio, sin rebeldía, sería imposible.

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